¿Estás seguro de que estás haciendo un trabajo en equipo eficiente?

En este artículo comentaremos la necesidad vigente y actual de mejorar el trabajo en equipo. Plantearé diferentes datos y cuestiones que siguen abiertas y, finalmente lo relacionaré con una vía de solución. En este artículo el objetivo no es tanto dar tips o respuestas sino reconocer qué cuestiones siguen sin estar resueltas cuando trabajamos en equipo.
¿En qué consiste el trabajo en equipo?
El trabajo en equipo (o en grupo), es algo innato en el ser humano, ya que somos seres sociales. Además, actualmente, con la gran variedad de técnicas, avances en neurociencia, desarrollo de la robótica y de la inteligencia artificial… podríamos afirmar que disponemos de un gran conocimiento, metodologías y herramientas disponibles. Pero, ¿podemos afirmar que somos competentes cuando trabajamos en equipo?
Además, debido a la pandemia actual, el teletrabajo (o trabajo en remoto) se ha expandido más si cabe. Eso ha modificado el trabajo en grupos y planteando una mayor autonomía y menor interdependencia. Por ello, ¿realmente cabe la necesidad de recurrir a un profesional para mejorar cuando trabajamos en grupos/ equipos?
Necesidad en las organizaciones del trabajo en equipo
Si nos remitimos a los estudios científicos, sabemos que el trabajo en equipo es uno de los principios básicos de la gestión de la calidad. Quedó así demostrado que conduce a mejores decisiones, mayor calidad y, obviamente a una cooperación win-win.
Además, ante las dificultades, los equipos provocan el estímulo para el esfuerzo y la persistencia. Y, eso permite incrementar el rendimiento gracias a la cohesión del equipo. Lo cual se debe a que al establecer objetivos difíciles a los equipos de trabajo, se realizará un mayor esfuerzo, lo que mejorará el resultado.
A nivel estadístico, los datos también son claros. En un estudio de Tendencias de empleo universitario el 72,3% de las organizaciones encuestadas señalan el trabajo en equipo como la competencia más valorada. Sin embargo, menos de la mitad de los jóvenes (44,7%) afirma destacar precisamente en ese ámbito.
Queda patente, por tanto, la necesidad en las organizaciones del trabajo en equipo. Pero, ahora, con el avance del teletrabajo, ¿sigue siendo tan relevante? ¿O con la figura de un buen líder que estructure las responsabilidad del equipo y delegue apropiadamente sería suficiente?
Los grupos y el teletrabajo
Cuando hablamos del teletrabajo, podemos observar diferentes pautas grupales que se suelen recomendar:
- Sistema funcional y operativo de reuniones periódicas.
- A más distancia, más comunicación.
- Buscar modos eficientes de comunicación.
- Crear empleados responsables.
- Motivar al equipo.
- Solución de las crisis en equipo.
Sin embargo, vivimos en un entorno VUCA (Volatilidad, incertidumbre (Uncertainty), Complejidad y Ambigüedad). Eso va a provocar que los tips puedan no ser útiles en ciertos momentos. Nos vamos a encontrar en situaciones donde se requieren de habilidades multidisciplinares para gestionar adecuadamente los problemas que puedan surgir.
Sí, también me estoy refiriendo al entorno online. Porque, un aspecto es cuando se elige como opción para mejorar la conciliación familiar. Otra cuestión es cuando la situación sanitaria lo obliga. Entonces, está ya demostrado que nos vamos a sentir más débiles. Ante esa situación, ¿colocamos toda la responsabilidad en el líder? ¿buscamos solucionar implicando a todo el equipo?
Una posible vía de solución para mejorar el trabajo en equipo
Ante situaciones complejas, debemos ser conscientes cómo funciona nuestro cerebro. Resulta que es vulnerable a la hora de interpretar la realidad. Además, existe otro inconveniente. Cuando existe un alto grado de incertidumbre, tendemos a simplificar a partir de cálculos de probabilidad. Lo cuál es muy útil ante procesos repetitivos. Sin embargo, si queremos ser eficientes, necesitamos otra visión. Recogemos de Ynspira la siguiente frase: “Gestionar y dirigir frente a la complejidad debe guiarse por tres principios clave: gestión descentralizada, colaborativa y adaptativa”.
Para llegar a ello, ya no funciona colocar la responsabilidad en solo una persona. Tampoco podemos esperar que, de forma mágica, un equipo sea capaz de solventar una crisis. Necesitamos de una visión integral de la situación. Recurrir a la inteligencia colectiva del grupo/ equipo.
¿Y cómo ponemos eso en práctica?
Necesitamos, primero, ser conscientes de ciertas preguntas clave:
- ¿Cómo es la atmósfera del equipo? ¿Qué sensaciones predominan?
- ¿Qué tema es el más representativo (hace figura)?
- ¿Cuál es el grado de estimulación del equipo?
- ¿Cuál es el grado de cohesión?
- ¿El propósito actual del equipo está alineado con su misión?
A la vez, que podemos obtener información tanto del cálculo racional, como de nuestra intuición. Intuición, que es, simplificando, la suma de los datos reunidos a través de los sentidos en contacto con nuestro entorno.
Conforme vamos agregando variables a tener en cuenta, podemos observar que conseguir trabajar en equipo no es tan simple como podríamos pensar. Y si es online, la dificultad es mayor tanto por la distancia como por la reducción del conocimiento racional.
Ante eso, una solución es el enfoque de la Gestalt en organizaciones pues une todas estas cuestiones en un marco común.
¿Y cuáles son sus principios de este enfoque?
Nos basamos en uno de las referencias más destacadas al respecto en la actualidad: «Gestalt Approaches with Organisations«. Está editado por dos figuras destacadas en la materia, Margheritaa Spagnuolo Lobb y Frans Meulmeester. De ahí podemos destacar 7 puntos:
- El interés se centra en lo que ocurre entre las personas más que en su interior.
- Desarrolla una perspectiva de campo: los miembros se influencian mutuamente y esa situación relacional define lo que sucede.
- Existe un interés fenomenológico en la experiencia de las personas, más que en las causas de por qué actúan así.
- La experiencia se considera como un conjunto global conformado por los contactos entre las experiencias sensitivas y los razonamientos mentales.
- Las herramientas que se usan para trabajar son estéticas: se utilizan los sentidos para conocer el mundo.
- El concepto de la Gestalt sobre el self se relaciona con el proceso.
- El concepto de la formación de figura/fondo, se considera en términos de potencialidades personales y ambientales (el fondo), desde el cual emerge una figura en el momento del contacto.
De todas formas, si te resulta complejo, en una próxima entrada desarrollaremos más en profundidad en qué consiste el trabajo de un Gestalt practitioner.
Concluyendo…
Resumiendo, podemos observar que el trabajo en equipo, y más en un entorno online, es complejo y requiere de dedicación y conocimiento para poder sacarle sus frutos. Ahí, un enfoque como el que ofrece la Gestalt en organizaciones puede ser útil y resolutivo, al combinar una teoría con raíces profundas con un trabajo delicado en lo sensitivo.
Foto de Poranimm Athithawatthee en Pexels